“La conducta sexual de una persona constituye el prototipo de todas sus demás reacciones. A aquellos que conquistan enérgicamente su objeto sexual les suponemos análoga energía en la persecución de otros fines. En cambio, aquellos que por atender a toda clase de consideraciones renuncian a la satisfacción de sus poderosos instintos sexuales serán, en los demás casos, más conciliadores y resignados que activos”.
Sigmund Freud