Si teniéndote aquí dormida en mis brazos
soy yo el que se siente finalmente protegido.
Si brindándote mi ser y palabra en compañía
soy yo el que no se siente ya más triste ni solo.
Será que tras tus pupilas italianas
saben de vos, de mí y de nosotros….
No viéndote es algo verdad de un mentiroso,
sos reminiscencia feliz en la bodega de mis ojos.
No queriéndote es algo torpe como el egoísmo,
sos al recibir mi beso-labio que también es mío.
Será que tras tus pupilas italianas…
escucho el rubor de lo que yo te digo.
Tin Bojanic, Besos de ajedrez