Con nuestro sexo y con ese amor
amargamente interrumpidos
despertó mi corazón perdido
llorando un ensayo de adiós y dolor.
Entonces cruzaré vientos en tren
y luego saltaré un amor en avión
para igualar a la distancia de tu conclusión,
pero qué tristes verán mis ojos si no te ven.
No te deseo que así sea
ni es este el amor que yo te quiero
si para mi amar es un flagelo
sin tus ganas saciadas por mi entrega.
Todo mi ser está inspirado
por tu poesía de mujer encarnada;
sos la diosa y dueña de esta vida encantada
y dejándome ir, es dejarme abandonado.
(tren de Dublin a Foxford)
Libro Paisajes Incendiados