En tus manos mi destino

A Jesucristo

“Mi Fé disipa el miedo”.

Si no encuentras buenas intenciones,

en este corazón que te invoca, mi Señor,

y que dice ser por siempre tu servidor,

no escuches jamás mis peticiones.

Si tu poder reconoce que sí,

me habitan los buenos deseos,

entonces, humildemente, yo me atrevo,

a pedirte que hagas algo por mí.

Si mis sueños se concretan,

yo te prometo devolver,

con la huella de mi hacer,

lo que al Cielo le contenta.

Si me ayudas con mi vida,

justificaré el dolor de tu muerte,

aceptando que no existe otra suerte,

más que tu voluntad bendecida.

Tin Bojanic

Del libro La Voluntad de la Esperanza. Un poema de mi adolescencia, y que nunca dejé de recitar.