“Cuando salí de mi tierra
de nadie me despedí.
Las piedras lloraron sangre
y el sol no quiso salir”.
Rafael Jijena Sánchez
“Cuando salí de mi tierra
de nadie me despedí.
Las piedras lloraron sangre
y el sol no quiso salir”.
Rafael Jijena Sánchez
A Federico García Lorca
¿Cuáles ojos arrojaste ante la furia desatada,
sabiendo lo que los brutos iban a buscar?
¿En qué versos y brazos se te ocurrió pensar,
presintiendo que faltaba tan poco para la nada?
Si tú has lagrimeado, te prometo que lloraré,
pero si te has sabido mantener burlesco y entero
ante ese disparo cobarde que tampoco yo quiero,
si te les has reído, te prometo que yo sonreiré.
Tú que conocías bien el poder de la palabra en poesía;
yo que sabiendo de tu historia no modifiqué mi destino,
aún si la Demagogia Dictatorial la próxima vez sí dispara.
Tú que en España has muerto por la necedad de un cretino;
yo que por Europa huyo de iguales brutos de mi trágica hora,
si vienen, estate a mi lado, Federico, ¡y hazme caer a tu sombra!
Libro “El grito de un poeta”.
Cuando no te veo es porque te siento, cuando no te siento quizá te veo, sin embargo te veo siempre, ¡cómo es este juramento que procuraré amarte siempre!
Eres la primera imagen del despertar consciente, eres el último pensamiento que antes de dormirme observo felizmente, eres el único sentimiento porque hasta en el sueño te tengo presente.
Mi corazón se desangra de impotencia por no darte lo que quieres y es por esto
de amarte en abundancia, no basta… un te amo, miles te quiero.
Este idioma ya no alcanza, no hay palabras que me sirvan, ni hay frases que me ayuden si representar la altura de mi amor yo quiero.
Mi mirada no ve nada, ¡sólo ve a mi amada!
Te creo tan cerca mío
por la falta del lugar desde donde te escribo
y la ausencia del tiempo que no puede medirnos.
Quizá te encuentres dentro mío
por no sentirte jamás fuera de mis emociones
aún cuando quiero evadirte, cosa que no puedo.
Tu huida es tan parecida a la mía
porque nos enfrenta en ese abrazo a destiempo
con esas verdades que ambos sabemos son de mentira.
Nunca soportaré lo eterno amada mía
aunque mi cariño podría vivir como un lamento
los días que me pidas que te olvide.
De siempre, y tanto, quise yo
vivir para morir en la revolución…
Pero desde que te conocí hay ya
tanto de lo que me basta con sentir
que soy el que te provoca la emoción
para sentir que también soy yo feliz.
Seré un soldado de verdad
si logro defender a nuestro amor…
Seré un hombre de verdad
si te hago desear ser mi mujer.
De las tantas veces que soñé
que el mundo entero recitara alguna vez
el más acertado de todos mis poemas…
Ahora tan sólo me importa mucho más
que vos entiendas las palabras con las que
intento actuar para que sepas qué es mi amar.
Seré un soldado de verdad
si logro defender a nuestro amor…
Seré un hombre de verdad
si te hago desear ser mi mujer.
Yo que soñé despertarme siempre en otro lugar
cada mañana al caminar, en mi peregrinaje y en
los sueños que salía desde muy joven a buscar,
hoy sueño verme contigo cuando la luna ya no está
para que sean tus ojos mi sol y seas vos lo que yo
reconozca a diario que mi viaje en tu corazón cesó.
Arrojé las ganas sobre la mesa de un indefinido café
ante la incertidumbre de si podrías hoy encontrarte
con toda la ofrenda de este ejemplar de nobleza varón
que de verdad quiere en este día brindar por amor.
Yo no lo sé si está lloviendo ni si has visto algo de sol
bastantes normas he cumplido al salir algo más cubierto
si importa casi poco y nada lo que se lleva sobre esta piel
cuando el único color que nos atrae es el de la desnudez.
El ardor que has encendido quema mis muertos romances
de la memoria que quiere reescribirse con alma de tus besos
edificando un paraíso donde no haya palabra ajena a nosotros.
Me sentiré adánico al tenerte hecha mía calmada en mis brazos
y aunque sepa que te convertirás en una perdición de manzanos
celebremos el origen animal de una pasión hecha por almas audaces.
Aquellas heridas errantes
de destino inconsciente y precipitado
inundó con lágrimas todo lo soñado
agrediendo a tus más íntimos baluartes.
Viviendo el amor, amando a la vida,
hija y madre del vivir,
son tus hijas la expresión de la alegría…
En momentos sólo tuyos que jamás considerarás ajenos
por vivencias tan reales que no te engañará el olvido,
sabes bien todo lo que en solitario has aprendido
y el inmenso valor que tiene sean compartidos los deseos.
Viviendo el amor, amando a la vida,
hija y madre del vivir,
son tus hijas la expresión de la alegría…
Cuando vuelva a indagarnos el destino, amiga mía,
y el corazón deba lidiar con lo tortuoso,
será tu ejemplar fortaleza la que nos diga:
¡que sea la vida el único estandarte airoso!
Desde largo tiempo que es un soldado;
quizá siempre haya sido aquello que es.
No concibe pelear sin que haya victoria,
porque ruge consigo la historia en la piel.
Lo han herido en todas sus altas batallas
pero ha logrado dañar más con su acción,
habiendo sabido concluir el buen combate
empeñado en palabra fulminante al traidor.
Defendió la democracia contra un terror invasor,
y por su amado Ejército de los Andes luego se alzó.
Consiguió la libertad de un nuevo pueblo oprimido:
castigando al pirata, con quien no se había medido.
Con espíritu de tan contemporáneo Cruzado,
y por cristiano, que ya lo hace mejor soldado,
por varios lares del Este también se lo vio…
sembrando ejemplo con Ese valor argentino.
Gran observador y protagonista de la Historia,
aún le duele ver a la patria con hondo sufrir;
porque detesta a quienes le escapan a la gloria,
cuando juró, enamorado, defenderla hasta morir.
Si se te ocurre llamarme Dante,
puedes hacerlo si quisieras,
que yo te sentiré Beatrice,
con tus ojos encendiendo mis quimeras.
Del Infierno sé que es ir a verte
para sufrir al no encontrarte;
del Paraíso arriesgaré el instante
de bailar y sentir algún tenerte…
Hvar
Quiero dormir en las estrellas
sin prometer dejar de llorar,
para eso díganle a ella que me
devuelva lo que entregué al amar.
Quiero escribir la poesía más bella
aunque no me atrevo a besar,
para eso díganle a ella que me
devuelva lo que entregué al amar.
Quiero vivir con aquella
que a veces me piensa dejar
y si lo hace díganle a ella que me
devuelva todo lo que fue mi amar.
Madrid. Paisajes Incendiados