Virgulilla

Poemas de un devenir caótico

A mi hijo Mateo Andrés,

Heredero de varias generaciones de poetas.

A Luis Eduardo Aute,

Mis letras te recordarán por siempre.

“Ser poeta es la belleza de saberse una rareza”.

Adentrándose

Hubo un momento en que una cofradía de trasnochados atentaron contra la letra Ñ debido a las computadoras y por todo lo que así auguraban que se avecinaba. Recuerdo haberme asustado e indignado porque sentía que iban a mutilar mi biografía y que unos terroristas del lenguaje atacarían a nuestra lengua; ahora y por estos días lo hacen despersonalizándola… 

Porque me ha gustado siempre ver a esa virgulilla flameando sobre la letra N cual bandera victoriosa de mi lengua tan amada. Y por más que cante en otras lenguas, siempre es bueno y necesario volver a casa, a la patria de la lengua castellana.

Por lo general, se dice por ahí, que uno escribe poesía en sus primeros años de escritor si tiene la suerte y la dicha suficiente de encontrarse con las preciosas y adecuadas musas. Que luego uno se volcará con mayor profundidad al mundo de la prosa. Esto en parte es cierto, porque son más los textos que escribo por estos días que poemas. Por la cual celebro cuando surgen unos versos, porque vuelvo a mi esencia de poeta y al universo más amado del mundo de la literatura, porque también rejuvenece mi tinta y vuelvo a sentirme otra vez aquel joven que soñaba en letras.

Porque en el caos la reina de siempre es la poesía, no es casualidad -que tal vez – porque se cumplirán 35 años desde el primer poema que yo escribiera, al que titulara La Paz en estos tiempos de guerra infinita, que esto sea una respuesta de alguna manera como si confirmara por enésima vez mi único destino.

Otros tiempos de reencuentro con mis poemas, se me ha ocurrido volver a fechar un poemario aquí en este azaroso espacio donde voy recitando poesía entre mis huellas bávaras porque van de a varias con mis letras bárbaras (no por buenas). 

MMXXIII

München

Tin Bojanic

VIRGULILLA