“¡Qué le importa a la mujer la verdad! Desde que el mundo, para la mujer no hay cosa más extraña, más antipática y enemigo que la verdad; su gran arte consiste en la mentira; lo que más le preocupa es la apariencia, la belleza.
Confesémoslo los hombres; nosotros amamos precisamente este arte, este instinto de la mujer; como somos tan graves y pesados, nos gusta la compañía de unos seres entre cuyos dedos, entre cuyas miradas, entre cuyas tiernas locuras, toda nuestra seriedad, nuestra gravedad y nuestra profundidad parecen una gran insensatez”.
Friedrich Nietzsche