Un espejo del recuerdo

Ya te he dicho en varias ocasiones

que tu mirada me resulta conocida,

suscitando en mis contradicciones

un espejo del recuerdo que vive en la mía.

Me gustaría preguntarle a tu expresión

si alguna vez conoció a esa mujer,

que hoy creo volver a ver

o si es solamente el regreso de una ilusión.

Que tu mirada no intimide

mis deseos de acercarme

a los secretos que me piden

que continúe averiguando 

esperando que me digas

lo que tienes que decirme.

Arrebatos inconclusos (poesías de mi adolescencia)

Suave

El aire que sucede se transforma como intentando alumbrar la escena, cuando tu gesto suave sorprende mi quietud serena.

En aquel reflejo que te observa esta mirada decidida, va tiernamente, que no sólo está el instinto animal, también el dulce corazón irracional

Que ninguno ni ambos están tan mal si el impulso y reflexión piden Amar.

Tus palabras las recibo delicadamente con mis manos protegiéndolas del viento.

Por ser tan suaves temo y siento que no pueda contenerlas, que mi caricia no las seduzca y sigan volando suavemente como el libre destino de puro sentimiento.

ARREBATOS INCONCLUSOS

Estoy enamorado

Cuando no te veo es porque te siento, cuando no te siento quizá te veo, sin embargo te veo siempre, ¡cómo es este juramento que procuraré amarte siempre!

Eres la primera imagen del despertar consciente, eres el último pensamiento que antes de dormirme observo felizmente, eres el único sentimiento porque hasta en el sueño te tengo presente.

Mi corazón se desangra de impotencia por no darte lo que quieres y es por esto 

de amarte en abundancia, no basta… un te amo, miles te quiero.

Este idioma ya no alcanza, no hay palabras que me sirvan, ni hay frases que me ayuden si representar la altura de mi amor yo quiero.

Mi mirada no ve nada, ¡sólo ve a mi amada!

Frente a tus ojos

Tú eres acreedora de mi amor,

a nadie he mirado de esta manera,

y a nadie podría mirar así aunque quisiera,

tú eres deudora por causarme dolor.

Sin embargo qué ansias por amarte

cuando no encuentro la imprudencia

que resguarda tu extenuada retina

que me refleja y pide solamente la consuele.

Aquella melancolía me perturba

sabiendo tu decisión de proseguir

aún con faltas para poder expresar

aquel oculto sentir que de mí se burla.

Sé que digo esto reconociéndome 

en tus pupilas, ahogado por tus lágrimas 

perdidas, que triunfan sobre mí,

y que sólo deseo sean mías.

Poesías de mi adolescencia