“El hombre es el propio determinante de su destino. Muchas veces el ambiente lo condiciona inexorablemente; aún así puede escapar a esa postergación eterna. En este caso, el exilio es la válvula de escape para abrir las puertas de la esperanza. Y de una u otra manera, en algún momento regresa, al templar las bordonas de los recuerdos o las cuerdas de la nostalgia”.

Osvaldo Verón

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