“Cuando un príncipe desea obtener algo de otro, debe, si las circunstancias lo permiten, no dejarle tiempo para pensarlo, sino obrar de modo que éste comprenda la necesidad de decidirse prontamente, como sucederá si ve que negándose o no decidiéndose, puede ocasionar súbita y peligrosa indignación”.
Niccolò Machiavelli