“Conciencia nunca dormida, mudo y pertinaz testigo que no dejas sin castigo ningún crimen en la vida. La Ley calla, el mundo olvida; más, ¿quién sacude tu yugo? Al Sumo Hacedor le plugo que a solas con el pecado fueras tú, para el culpado, delator, juez y verdugo”.
Gaspara Núñez de Arce