“Es posible que la degradación, la ausencia del más mínimo respeto hacia uno mismo, conduzca fatalmente a la heroicidad. ¿Qué atributo sino el de heroico se puede aplicar a quien, de forma sistemática, sacrifica su mejor locura, su latido más apasionado al caprichoso suplicio que, no sé qué genocida anónimo, qué despiadada divinidad, nombró amor?”
Luis Eduardo Aute