Me gustó mucho tu poesía acerca de la amistad y pude darme cuenta, que aquel amigo era el gran amigo que decías tener, Jesucristo.
Creo que será la más cómica de tus poesías esta última. Porque en un mundo tan materialista, individualista y sin, o con falsos ideales, no le dan oportunidad a Él.
Aquel que fue amor todo, ternura completa y entrega absoluta. El personaje histórico más importante que haya pisado este contradictorio mundo, es pocas veces recordado.
Los buenos actos no deben ser sólo para complacer a Dios, pues estarían subordinados a la falta de humildad. Deben ser buenos en sí, nacer dentro de nosotros, en el corazón, y poseer la voluntad de realizarlos ignorando la existencia de Dios.
En este mundo donde la Libertad, la Paz y el Amor son menospreciados es difícil la esperanza, pero no debe perdérsela nunca por ser nuestro tesoro más valioso. Buscaste a Jesucristo por todas partes, hasta que lo encontraste dentro de vos y brindaste amor desinteresado.
La felicidad no puede ser alcanzada individualmente, pues se alcanzaría el egoísmo. A la felicidad sólo se llega en compañía.
Entendiste que la vida es algo más que una vegetación, el hombre es un ser que ama y se apasiona, no puedes quitarle eso porque dejaría de ser hombre. Vive cada día con la certeza de la incertidumbre de no saber si será el último. Porque tenías la certeza, el hombre enfrentará a la muerte; su distinción será su particular circunstancia.
Aquel mensaje social tan materialista vos supiste opacar, no con algo mayor porque no se trata de cosa material sino con palabras que poseen grandeza. Cuando decimos que somos nunca lo hacemos con relación a algo complementario sino con respecto de lo que uno es desde que vino al mundo, simplemente un ser humano. No pretendas llevarte algo al Cielo; preocúpate en dejarlo todo aquí en la tierra.
Me enseñaste a leer el evangelio, me pediste que lo hiciera, sabiendo que me gustaría. Iluminaste mi camino con generosidad y humildad.
Agustín Elías
Fragmento de LIBERTAD ESCLAVA