“El rey de Lidia, Creso, enseñó al ateniense Solón, entre otras diferentes cosas, su inmenso tesoro, preguntándole qué le parecía su poder; a lo que respondió Solón que por aquella riqueza no lo juzgaba fuerte, puesto que la guerra se hacía con hierro y no con oro, y alguno con más hierro que él, podía quitarle el oro”.
Niccolò Machiavelli