A Luis Eduardo Aute
La Poética cansada por no ser comprendida
dejó el ámbito ideal altivo y lejano
para transformarse en el hombre más cercano
al concepto preciso con el que soñaba largas noches afligida.
Ahora pinta con su propia mano a la imaginación
atreviéndose en el ocaso a vislumbrar el sol
cortejando los deseos de locura que hasta hoy
yacían débiles sin la obra de su inspiración.
Ahora escribe ella misma los ausentes versos
que sin su luz no habría quien los viera
liberando a la poesía de la prisión y la ceguera
devolviéndole al mundo el romanticismo de los besos.
Ahora canta la pasión por la belleza
la voz del hombre que ha sido elegido
para conmover al corazón que se ha rendido
a continuar la lucha por más cruel que se parezca.
La Poética bien puede regresar a su resguardo
porque lo ideal ya no dista de lo terrenal
debido a la obra de un hombre o deidad
¡me refiero al artista Luis Eduardo!
Príncipe de Albanta